María Esteve, Clara Lago, Álex de la Iglesia… y el quién es quién de la noche madrileña estuvieron anoche de fiesta. Nosotros también. Y te lo contamos todo. Fotos: Nosolocurro
Amaya Arzuaga salió de su escondrijo creativo en Lerma a tres días (como el que dice) de desfilar en París para estar en la fiesta de reinauguración de Chicote, María Esteve cogió un AVE desde su adorada Málaga, ciudad que no cambia por ninguna otra del mundo, porque allí están sus amigas del colegio, y su familia, y se va a la montaña, o a dar un paseo, con una coleta y los vaqueros y la cara lavada y nadie la para por la calle, sólo le dicen, “hola, María, ¡guapa!”, María Esteve, decía, cogió un AVE expresamente para llegar a su querida Chueca, donde se encuentra su casa de Madrid, y luego arreglarse, maquillarse y plantarse en el Museo Chicote, donde anoche, además, estuvieron, Clara Lago, actriz guapa, espontánea y con empatía que ha superado las trampas del éxito masivo y a la que lo mismo ve uno paseando tranquilamente por Malasaña que en una fiesta con un modelazo de Zuhair Murad que en otra como la de anoche, una fiesta más pequeña, pero también más auténtica, más loca, más atrevida, porque cada cual fue como le dio la gana, y todo el mundo fue a divertirse más que a exhibirse.
El incombustible, irónico, siempre amable Álex de la Iglesia con la bellísima Carolina Bang, que apareció con su amigo Carlos Morán, el artista obsesionado con las barbies, que está que no se lo cree, feliz con su primera exposición en Madrid, Loles León, que nunca falla y que anoche le hizo a este cronista un favor de los grandes, el único favor que no podía conseguir ni siquiera ella, y Neus Asensi, que cuenta los días, las horas, para el estreno de ‘Torrente 5′, entre otras muchas caras conocidas, además de artistas de todo índole y pelaje, DJ, periodistas underground, directores de revistas, diseñadores punteros que se escaparon de la VFNO, celebrities de Instagram y gente desprejuiciada y moderna que vive, ama, devora la noche madrileña, fueron los invitados de esta fiesta canalla en la que nadie, absolutamente nadie, dejó de ‘chicoquetar’ hasta las tantas para celebrar que unas manos nuevas, jóvenes y sin embargo respetuosas con su estilo, su espíritu, su coctelero, dirigen ahora este lugar emblemático de la Gran Vía que tiene algo de misterioso, un no sé qué que siempre ha hecho que en él no sólo se puedan tomar los mejores cócteles, sino que sucedan cosas que uno no espera que sucedan.
Porque el espírtu sigue siendo el mismo, aunque hayan pasado muchos años desde que Pedro Chicote abrió este lugar mítico en 1931 sin poder imaginar que a Hemingway, a Sofía Loren, a Ava Gardner, a la gran Lola Flores, a Grace Kelly, Rainiero de Mónaco, a Dalí o a tantos otros fuera a gustarle tanto, pero les gustó (como puede verse en las fotografías que se encuentran a la entrada del local), les gustaba mucho ir este espacio profundo, art decó a charlar, a compartir, a tomar un cóctel y a ligar también, claro, porque en Chicote, que está abierto hasta las 3:30 de la noche, se ligaba y se liga, como bien sabe más de uno y más de dos de los que estuvieron anoche en la fiesta (ejem).
Pasen, vean las fotos de la noche y diviértanse.
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